The Japan Times - China y Brunei: ¿una alianza?

EUR -
AED 4.315152
AFN 77.708509
ALL 96.852138
AMD 448.491142
ANG 2.103707
AOA 1077.46608
ARS 1692.867744
AUD 1.766731
AWG 2.114983
AZN 1.996065
BAM 1.958827
BBD 2.365606
BDT 143.531799
BGN 1.957646
BHD 0.442923
BIF 3471.553207
BMD 1.174991
BND 1.516883
BOB 8.115541
BRL 6.345419
BSD 1.17454
BTN 106.215586
BWP 15.56238
BYN 3.462451
BYR 23029.817846
BZD 2.36217
CAD 1.617428
CDF 2631.978985
CHF 0.93526
CLF 0.027299
CLP 1070.885484
CNY 8.288974
CNH 8.27372
COP 4466.84467
CRC 587.522896
CUC 1.174991
CUP 31.137254
CVE 110.435656
CZK 24.285177
DJF 209.15766
DKK 7.470444
DOP 74.667289
DZD 152.34334
EGP 55.789738
ERN 17.624861
ETB 183.52108
FJD 2.648192
FKP 0.879185
GBP 0.877671
GEL 3.168367
GGP 0.879185
GHS 13.482835
GIP 0.879185
GMD 85.774311
GNF 10213.261358
GTQ 8.995863
GYD 245.719709
HKD 9.144171
HNL 30.922442
HRK 7.532747
HTG 153.951832
HUF 385.151393
IDR 19592.088787
ILS 3.766621
IMP 0.879185
INR 106.613135
IQD 1538.577555
IRR 49493.544354
ISK 148.41283
JEP 0.879185
JMD 188.054601
JOD 0.833059
JPY 182.086549
KES 151.515079
KGS 102.752804
KHR 4702.386633
KMF 492.911492
KPW 1057.491268
KRW 1720.480396
KWD 0.36051
KYD 0.978813
KZT 612.546565
LAK 25462.346819
LBP 105176.728999
LKR 362.920819
LRD 207.301224
LSL 19.815521
LTL 3.469442
LVL 0.710741
LYD 6.379995
MAD 10.805297
MDL 19.854766
MGA 5203.151106
MKD 61.58937
MMK 2466.617904
MNT 4166.358748
MOP 9.418054
MRU 47.004836
MUR 53.990968
MVR 18.088629
MWK 2036.690621
MXN 21.126092
MYR 4.808648
MZN 75.093803
NAD 19.815521
NGN 1705.53442
NIO 43.227904
NOK 11.911281
NPR 169.94896
NZD 2.027652
OMR 0.451782
PAB 1.174515
PEN 3.954311
PGK 5.062068
PHP 69.231624
PKR 329.162758
PLN 4.221642
PYG 7889.359242
QAR 4.280496
RON 5.094291
RSD 117.388641
RUB 92.967943
RWF 1709.478019
SAR 4.40866
SBD 9.607607
SCR 17.223335
SDG 706.756952
SEK 10.910905
SGD 1.51451
SHP 0.881547
SLE 28.346692
SLL 24638.971924
SOS 670.04968
SRD 45.293589
STD 24319.935326
STN 24.534259
SVC 10.276881
SYP 12991.498391
SZL 19.808863
THB 36.931722
TJS 10.793679
TMT 4.124217
TND 3.433491
TOP 2.829096
TRY 50.173396
TTD 7.970316
TWD 36.798371
TZS 2916.912694
UAH 49.627044
UGX 4174.450755
USD 1.174991
UYU 46.090635
UZS 14149.865707
VES 314.239221
VND 30925.755393
VUV 142.323844
WST 3.261166
XAF 656.986216
XAG 0.018396
XAU 0.000271
XCD 3.175471
XCG 2.116771
XDR 0.81708
XOF 656.986216
XPF 119.331742
YER 280.241445
ZAR 19.712468
ZMK 10576.317779
ZMW 27.102111
ZWL 378.346528

China y Brunei: ¿una alianza?




En los últimos años, las relaciones entre China y Brunéi han experimentado un fortalecimiento notable, marcado por una cooperación económica y estratégica que ha captado la atención internacional. Este acercamiento, lejos de ser una “rendición” del sultán Hassanal Bolkiah ante el presidente chino Xi Jinping, refleja una política pragmática del pequeño sultanato del sudeste asiático para diversificar su economía y garantizar su estabilidad en un contexto geopolítico complejo.

Brunéi, un país rico en petróleo y gas, ha dependido históricamente de los ingresos de los hidrocarburos, que representan más del 60% de su producto interno bruto. Sin embargo, la caída de los precios del crudo y la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles han llevado al gobierno a buscar nuevas oportunidades. En este escenario, China ha emergido como un socio clave, ofreciendo inversiones significativas en infraestructura, tecnología y turismo.

Uno de los hitos más destacados de esta relación es el Corredor Económico Brunéi-Guangxi, establecido en 2014, que ha facilitado proyectos como el complejo petroquímico Hengyi, una de las mayores inversiones extranjeras en Brunéi. Este proyecto, con un valor de miles de millones de dólares, no solo ha creado empleos, sino que también ha posicionado al sultanato como un actor relevante en la industria química regional. Además, la participación china en el desarrollo de infraestructura, como la construcción de puentes y carreteras, ha mejorado la conectividad interna de Brunéi, beneficiando tanto a la población local como a los inversores.

El ámbito del turismo también ha sido un pilar de esta alianza. En abril de 2025, Royal Brunei Airlines reanudó los vuelos directos a Pekín-Daxing, utilizando aviones Airbus A320neo de bajo consumo. Esta medida, acompañada de una política de exención de visados para ciudadanos de Brunéi que viajen a China por hasta 30 días, busca impulsar los intercambios turísticos, comerciales y educativos. La conectividad aérea refuerza los lazos culturales y económicos, alineándose con la visión de Brunéi de diversificar su economía para 2035.

En el plano geopolítico, Brunéi ha mantenido una postura cautelosa pero estratégica. Aunque el sultanato reclama derechos sobre algunas áreas en el Mar de China Meridional, donde China también tiene intereses, ha optado por una diplomacia de no confrontación. Esta posición pragmática permite a Brunéi beneficiarse de la cooperación con China sin alienar a otros socios clave, como Reino Unido, Estados Unidos o los países de la ASEAN. La neutralidad de Brunéi en disputas regionales le ha permitido fortalecer su relación con Pekín sin comprometer su soberanía.

La influencia china en Brunéi no está exenta de desafíos. Algunos analistas señalan que la creciente presencia de empresas chinas podría generar preocupaciones sobre la dependencia económica. Sin embargo, el gobierno de Brunéi ha enfatizado su compromiso con un equilibrio en sus relaciones económicas, manteniendo acuerdos con Japón, India y Tailandia, entre otros. Por ejemplo, Japón sigue siendo el principal destino de las exportaciones de gas natural licuado de Brunéi, lo que demuestra la diversificación de sus socios comerciales.

En conclusión, la relación entre China y Brunéi no es una historia de dominación, sino de colaboración mutuamente beneficiosa. El sultán Hassanal Bolkiah, lejos de “rendirse”, ha adoptado una estrategia que posiciona a Brunéi como un actor relevante en la región, aprovechando las oportunidades que ofrece China sin comprometer su autonomía. Esta alianza, basada en inversiones, infraestructura y diplomacia, es un ejemplo de cómo un pequeño estado puede navegar las complejidades de la geopolítica global para asegurar su prosperidad.